Patricia González: arte, enseñanza y emprendimiento en crochet

Soy Patricia González, profesora de crochet en Espacio Fraile y creadora de «Hazlo tú», mi marca de juguetes tejidos con la técnica japonesa de amigurumi. Llevo más de 10 años trabajando en este hermoso oficio, que no solo es mi pasión, sino también el centro de mi emprendimiento.

¿Cómo nació tu marca “Hazlo tú”?

Es una historia bien especial. Mientras participaba en ferias con mis muñecos tejidos, muchas personas se acercaban a preguntarme si podía enseñarles a hacerlos. Siempre les decía: «Hazlo tú, yo te enseño». Esa frase se convirtió en algo tan habitual que terminó dando nombre a mi marca. Siempre he sentido que el acto de crear está profundamente ligado a enseñar, y «Hazlo tú» refleja esa conexión.

Cuando comencé, el amigurumi no era tan conocido en Chile. Solo unos pocos lo trabajaban, en lugares muy específicos como el Instituto Japonés. Desde el principio, mi motivación fue enseñar esta técnica y acercarla a más personas, porque creo que tejer no solo es una forma de expresión artística, sino también una manera de conectar con otras mujeres y contigo misma.

¿Qué ha sido lo más desafiante en tu camino como emprendedora?

Sin duda, aprender a valorar mi trabajo. Al principio, cuesta muchísimo ponerle precio a lo que haces. Aunque sigas las recomendaciones de calcular costos y tiempo, es fácil caer en la trampa de pensar: “nadie va a pagar esto”. Ahí está el verdadero desafío: encontrar el equilibrio entre cobrar lo justo y ser accesible.

Además, está la parte legal y administrativa, que puede ser agotadora para quienes somos más creativas que administrativas. Pero lo más importante es confiar en tu trabajo. Si pudiera darme un consejo a mí misma, sería haberme arriesgado antes. Durante años traté esto como un hobby mientras trabajaba en algo más «formal». Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que debería haber apostado por mi pasión mucho antes.

¿Qué hace especial a los talleres en Espacio Fraile?

Espacio Fraile es increíble. Ofrecen una variedad enorme de talleres impartidos por profesoras que aman lo que hacen. En mi caso, enseño crochet, desde los primeros pasos hasta técnicas más avanzadas como leer patrones.

Pero los talleres no son solo para aprender. También son un espacio para relajarte, compartir y disfrutar. Hay estudios que confirman que el tejido tiene beneficios similares a la meditación: reduce el estrés, mejora la concentración y fomenta el bienestar emocional. Además, tejer en compañía es una experiencia única, llena de buena energía y apoyo mutuo.